Arquitectura: Oficio Taller
Equipo: Jacqueline Lobato, Diego Tamayo
Locación: La Cáscara, NL.
Tipo: Paisajismo
Estado: En Proceso
Recordari (Recordar): Del latín re- (de nuevo) + cordis (corazón), significando "volver a pasar por el corazón".
Este jardín no parte de una idea única, sino de muchas capas. Memorias que se superponen, ecos de lo que ya sucedió, gestos cotidianos que siguen ocurriendo y pensamientos suaves sobre lo que aún no llega. Aquí, el paisaje no se impone: escucha.
La casa guarda la presencia de quien le dio forma con sus manos y su tiempo. Aunque ya no está, su manera de habitar sigue marcando el ritmo del lugar. No como recuerdo fijo, sino como una corriente que atraviesa el día a día y sostiene lo que ocurre ahora.
El jardín acompaña ese pulso. Se activa cuando la familia se reúne, cuando las conversaciones se alargan y el tiempo pierde prisa. Es un espacio que celebra el presente sin desprenderse de lo vivido, y que permanece atento a los momentos que todavía están por construirse.
Al fondo, el paisaje amplía la escena. Los pájaros carpinteros marcan pausas, los riachuelos sostienen un murmullo constante y las cigarras despiertan al caer la tarde. No son fondo sonoro: son parte del cuerpo del jardín, recordándole que no está solo.
Este proyecto entiende el paisaje como una suma de presencias visibles e invisibles. Un organismo que reúne pasado, presente y espera. Un lugar donde el tiempo no se mide, se comparte.